Las formaciones coralinas que se localizan a pocos metros de las costas cubanas aportan varias ventajas, entre ellas la protección de sus playas, atractivas sesiones de buceo y la práctica segura de distintos deportes náuticos, sin soslayar que constituyen un importante hábitat para la flora y la fauna marina, integrada por peces de diversas formas y tamaños, casi una selva de corales, esponjas, gorgonias, algas y otros animales y plantas que se extienden a lo largo de prácticamente todo el borde de la plataforma insular y están consideradas entre las más ricas y diversas del Caribe.
En todo el país hay más de 500 zonas de buceo bien estudiadas, en exóticos paisajes submarinos. Cuevas, paredes verticales, túneles, acantilados y canales ofrecen infinitas opciones para el buceo diurno o nocturno. Para la inmersión en ellos existen múltiples facilidades y se llega bajo la asesoría de expertos buzos avalados por la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS) y la Certificación Americana-Canadiense de Buceo (ACUC), además de otras prestigiosas escuelas internacionales. La visibilidad horizontal oscila entre 20 y 40 metros
También la historia ha dejado un extra importante: se calcula que más de un millar de barcos han sido hundidos en estas aguas; embarcaciones de piratas y carabelas que llevaban los tesoros del Nuevo al Viejo Mundo y fueron víctimas de los bandidos del mar o las grandes tempestades. Es por esta razón que muchos expertos llaman al litoral cubano Paraíso de la Arqueología Subacuática.
Zonas recomendadas: Sur de la Isla de la Juventud y Cayo Largo del Sur; María la Gorda, en Pinar del Río; litoral norte de La Habana; Varadero y su parque artificial submarino; Península de Zapata para el espeleobuceo; litoral de Cienfuegos, que incluye entre sus maravillas el coral Notre Dame, de 6m de altura; litoral de Santiago de Cuba, con importantes pecios; costa norte de Camagüey, Holguín y Jardines del Rey, protegida por una imponente formación coralina considerada la segunda a nivel mundial.
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